Siempre me ha gustado mucho tanto el debate dialéctico, como las grandes discusiones en las que se trata de convencer al oponente o al público que escucha el debate. Unido a lo anterior, se une mi gran afición a la estrategia en cualquier tipo de conflicto así como mi pasión por la lectura. Cuando unes todas estas variables, y lo centras en el mundo real, sólo hay dos caminos que puedes tomar, o algo relacionado con la política, o la abogacía; yo escogí este último.
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