Pareja que tras 18 años de matrimonio, 3 hijos en común y varias propiedades inmobiliarias conjuntas, deciden divorciarse. En un primer momento se plantea como un divorcio de mutuo acuerdo. Tras iniciar las negociaciones, las discrepancias entre ambos aumentan hasta tal punto que parecen irreconciliables. Se inicia un procedimiento judicial que parece será muy complejo y con mucho riesgo para ambas partes.
A la vista de ello, decido volcar todos mis esfuerzos en intentar conseguir que la pareja vuelva al camino de la concordia y vuelva a sentarse a la mesa de negociación. Finalmente, y tras muchas reuniones, conseguimos alcanzar un acuerdo satisfactorio para ambas partes.